viernes, 11 de febrero de 2011

La Historia, esa Puta sidosa y anoréxica del s. XXI. La política (el cliente) y los Historiadores (Los proxenetas)

Algunos ya sólo esperamos que algún Dios, de religión vigente u olvidada (nos da igual), salve a la Historia. Si amigos, la Historia se ha convertido paulatinamente en la Gran Puta del siglo XXI, prostituida en el siglo XX hasta la extenuación, necesita ser salvada. Ruego por la sensibilidad de una Sociedad concienciada en salvar a las minorías y a toda suerte de géneros maltratados. Va siendo hora de empezar a salvar la cultura y los géneros literarios, artísticos y científicos que están siendo pisoteados, silenciados o simplemente ignorados por la Administración y por la Oligarquía de los Poderosos.

Siguiendo la metáfora, en estos tiempos que corren la Historia es una prostituta seropositiva, anoréxica y que se vende (en contra de su voluntad) por cualquier precio a clientes sin escrúpulos. Por supuesto para la Historia, el VIH es toda esa historiografía sin valor, contradictoria, políticamente afectada y que contribuye al descrédito, que sin duda es la Anoréxia que sufre el género. Ya nadie cree en los historiadores (los proxenetas), muchos de ellos seres viciosos que publican docenas de libros y venden sus servicios al mejor postor político, (en forma de radio, columna de periódico y otros varios).

Últimamente hemos visto como uno de los clientes más recurrentes de los Proxenetas, (los verdaderos culpables) han sido los Nacionalismos, pero no son los únicos culpables en una suerte de tradición macabra cristalizada por los regímenes de los años 30 y 40 e iniciada con anterioridad. Los Clientes han violado, vejado, estuprado, escupido y vuelto a repetir hasta el hastío, una actitud que instrumentaliza el género que tanto amamos. Leopold Von Ranke decía que el historiador debía perseguir la Verdad, y que como narrador objetivo, como el relojero fuera del reloj, cultivar una perspectiva fuera de la historia misma (cosa que no es fácil), narrar los acontecimientos pasados con un fin didáctico y esclarecedor.

La Historia es un bonito don que nos habla de nuestras raíces, y que nos ayuda a recordar a nuestros antepasados, o a buscarlos si es que somos huérfanos. Pero en algún momento perdimos los papeles, el Idealismo se vendió para salvar los muebles, y después huérfanos despóticos y resentidos, o gente que odiaba a sus padres (vaya usted a saber), comenzaron a devorar y llevarse su parte de “Explicación”, arguyendo el más profundo de los rancios derechos del hombre, la Libertad de Expresión.

Este derecho inalienable que es la Libertad de Expresión ha sido prostituido también al eliminar de su vientre sagrado, como si de un legrado despiadado y sanguinolento se tratase, aquello que albergó siempre en su seno, la Responsabilidad. La Libertad de Expresión sin responsabilidad sobre lo que se está diciendo se convierte en la Tiranía del Culto, sobre los ignorantes…, al igual que el Estado Liberal obligo al sistema eclesiástico del Antiguo Régimen a exclaustrar el conocimiento de sus bibliotecas, la Libertad de Expresión sin responsabilidad ha invertido el flujo regresando al viejo sistema de dominio de masas.

Amigos, los Proxenetas y los Clientes (Los Historiadores y los Políticos que los compran) son perfectamente conscientes de cuanto mienten, de cuanto ignoran y de cuanto han inventado…, pero algunos están creyéndose su propia mierda y es cuando aparecen los Fanáticos. Estos últimos son los hijos de los Proxenetas y los Clientes, que también copulan como cerdos entre sí. Los Fanáticos no solo violan y prostituyen la Historia, sino que la golpean y la mutilan, impidiendo que otros laven sus heridas… Los Fanáticos portan la Intolerancia, los –ismos, la radicalidad… y ahora prácticamente gobiernan a placer en casi todos los parlamentos europeos. Los Fanáticos no pueden medir cuanto es cierto o cuanto es mentira como sus padres los Proxenetas y los Clientes, huyen hacia delante en una suerte de carrera al éxito que acaba con la identidad cultural.

No aprendimos la lección hace 200 años, ni en la segunda oportunidad de hace 70, necesitamos sufrir, necesitamos robar y explotar a nuestros vecinos, porque debemos ser los más grandes, los más poderosos a fin de cuentas de que nadie perciba, ni vecinos ni generaciones futuras, la verdad de nuestra Historia, que tuvimos un enorme complejo de Hipogonadismo inversamente proporcional con nuestra falta de Vergüenza.

Si eliges no intervenir, si eliges la pasividad, eres la consecuencia del problema, la víctima del robo. Si eliges intervenir puedes ser El Problema o la Solución.

Salva tu identidad cultural, tu derecho a acceder a la verdad!!!!

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