miércoles, 23 de febrero de 2011

Dottore!!! Dottore!!! del buco del cul, Vaffan’cul!!! Vaffan’cul!!!!

Tras los problemas que me ha puesto el "Internet Vaticano" y su cortafuegos para acceder a mi blog, tras la publicación de mi última entrada, he regresado para hacer esfuerzos considerables en ganarme una excomunión…

Introducción:

Aquí en Italia es típico cantar, al que se licencia, una estrofa típica entre los estudiantes universitarios que he reproducido en el titulo. Pero en una suerte de coincidencia (y quizá serendipia, que dijera Iker Jiménez), la burla estudiantesca se ha convertido en una realidad acuciante.

Hoy toca hablar del significado de Universidad y de cómo la Democracia asesina cruelmente los mismos principios que afirma inculcar y proteger. Para ello debemos “Retrotraernos” en el tiempo hasta el siglo XI, en la misma Italia, en una ciudad emblemática en el ámbito universitario mundial, Bolonia.

La Historieta:

Bolonia, que no se si era famosa en la época ya por su salsa de carne y tomate, fue la ciudad donde unos tipos llamados “la Escuela de los Glosadores” (1088-1230), encabezados por un tío majo llamado Irnerio, descubrieron un panfleto algo ajado y enmohecido al que llamaron con amor Corpus Iuris Civilis. Dicho tomo que es sostén de nuestros derechos legales modernos y que se le atribuyó una autoridad cercana, sino igual, a la de la Biblia fue base entorno a la cual decidieron crear una institución a la que llamaron Universitas.

Dicha Universitas que pretendía compendiar todo el conocimiento y personas que formaban parte de él, inició su andadura de prestigio acogiendo a seres como Dante y Petrarca entre sus alumnos. Fue tal el éxito de la fórmula que pronto se decidió ampliar las materias y se decidió copiar la institución en otros países. Así nace el primer sistema universitario en Europa, y en el mundo, con el claro objetivo de perseguir la Excelencia del conocimiento.

El Nudo del Argumento:

Amigos, esa carrera por la Excelencia ese ansia de llegar a la verdad última está de alguna manera inscrita o grabada a fuego en nuestra genética desde que un homínido hace muchos, muchos miles de años, decidiera alzarse sobre sus patas traseras, convirtiéndolas en piernas, viendo así el horizonte y preguntándose “Diablos!! ¿Qué cojones hay más allá de aquel montón de tierra?”.

No fue hasta mucho más tarde que ese montón de tierra se llamó “Kilimanjaro”, conocimiento que podrán encontrar en cualquier Universidad, (cerrándo así el ciclo argumentativo). Pero después de aquel momento, la necesidad de perseguir la verdad detrás de cualquier explicación ha sido una constante en la Historia del Mundo en cualquier civilización y/o manifestación cultural humana.

Pero parafraseando al “Sr. Lobo”, no debemos entregarnos a la sodomía de sabernos mejores, el compromiso de estar en el presente es saber que el futuro está por llegar, no somos el final de la cadena sino un eslabón más en busca de la perfección.

La Crux del artículo:

En los albores del s. XIX se creó una cosa que llamamos “Estado Liberal”, y vió la Europa que aquello era mejor de lo creado anteriormente y decidió consagrarse a formar países que llamamos con admiración “Democracias Occidentales” para distinguirlos de la verdadera Democracia antigua griega, (país que paradójicamente está en Occidente).

La Democracia dice, que todos somos iguales, aunque unos “vayan en bici” y otros “huelan bien”, y por tanto todos merecemos ser Licenciados en la cosa que elijamos con alegre libertad. Por tanto el Estado debe garantizar que todo ciudadano tiene libre acceso a la Universidad. Pero la "Demofilia" sin control y la “Entropía de los Inutiles”, que dijera mi buen amigo Alfon, hizo que se comprometieran los principios y compromisos fundamentales de Bolonia, y se rebajara progresivamente el nivel para dar posibilidades a los más vagos, inútiles y pendencieros ciudadanos, que por ciudadanos también eran contribuyentes.

Pero los nietos políticos de los que pensaron en dar por piedad, seamos bien pensados, una oportunidad a todos sus ciudadanos, vieron que el proceso fomentaba la diferencia sociocultural, convirtiéndolos en elite y en monopolistas del poder a través del conocimiento mismo. Justo lo que se trataba de evitar con la creación de la Democracia Occidental, sacando el conocimiento de los Conventos para entregárselo al Pueblo, con la quema ritual del Cluny y toda su biblioteca.

(Dramatización, ningún convento ha sido quemado para la realización de este artículo)

Moraleja:

El conocimiento debe ser propiedad del Pueblo, pero los que gobiernan al Pueblo han llegado al convencimiento de que mejor ellos lo gestionan por nosotros. Así que debes tener en cuenta la justa sospecha de que, porque una Institución te diga que eres Licenciado en cualquier cosa, no quiere decir que tengas los conocimientos que realmente conforman ese titulo. Persigue con todas tus fuerzas merecer llevar dicha titulación con honestidad y honor por fidelidad al concepto de Universidad y Conocimiento, y fidelidad a la busqueda Humana de una explicación Verdadera iniciada mucho antes de tu nacimiento, sino quieres convertirte realmente en un Dottore del buco del Cul!!!, pero si decides ser un Inútil, entonces: “Vaffan’Cul!! Vaffan'Cul!!”

2 comentarios:

  1. El problema no es la "cantidad" de conocimiento, sino más bien las capacidades de estudio, pensamiento crítico, búsqueda de información y curiosidad con que sales. Claro que mal vamos si no se entra con un mínimo.
    Y viene la segunda pregunta de si ponen a Belén Esteban en la tele porque es lo que quiere la gente o la gente ve a Belén Esteban porque es lo único que ponen...

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  2. Hoy más que nunca la Universidad vende títulos, que no conocimientos. Víctima de ello me siento sin duda alguna. Será labor de cada cual, como tú bien dices, "saberse" licenciado.

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